Ama3

 

«Ahora no salgo de mi asombro al verme devorando los días,

como si el mundo se acabara mañana.

Ahora no salgo de mi asombro al verme devorando los días,

como si el mundo se acabara.

Ahora no salgo de mi asombro al verme devorando los días.

Ahora no salgo de mi asombro al verme devorando.

Ahora no salgo de mi asombro al verme.

Ahora no salgo de mi asombro.

Ahora no salgo de mí.

Ahora no salgo.

Ahora no.

Ahora.

¡Ah!

Daniel  Escriche.

PASEO POR EL HUERTO EN PRIMAVERA

 

De repente, una mañana de abril, al abrir una ventana aparece ella: la primavera. Es una señorita fresca y húmeda de labios de fresa y cabellos apretados de almendros en flor. Pronto se desabrocha la blusa y libera jilgueros, gorriones, vencejos … y ríe y ríe, mientras los grillos dudan en salir

 El mes de abril es muy importante para el huerto, hay muchísimas tareas que hacer porque es necesario plantar y sembrar. Ya lo dice un refrán: “Si vols menjar pèsols pel segar, al mes d’abril els has de plantar”

 Es ahora cuando disfrutamos de verduras tiernas, como la acelga, la cebolla dulce, los ajos tiernos y las primeras ensaladas.

 Los ajos también están atentos y quieren ver la cara de quien los ha plantado. Esto se dice para recordar que se han de plantar poco profundos, con una parte, siempre, fuera de la tierra.

Ya podemos sembrar zanahorias, si puede ser en Luna Vieja. Y comenzar a preparar los planteros de tomates, si es que no se quieren comprar.

Tenemos unas tomateras tempranas cubiertas por un envase de plástico a modo de invernadero individual.

Los limones y las naranjas no pueden faltar en nuestra dieta por su contenido en vitamina C. Son aliados contra gripes y constipados.

 Las acelgas eran muy apreciadas por los antiguos. Aportan una gran cantidad de fibra y sales minerales (potasio, calcio y magnesio) Favorece la actividad cardíaca y muscular.

  Sembramos las habas y los guisantes en invierno porque aguantan bien el clima frío.

 El ajo tierno es la planta joven del ajo. Ahora está en su máximo esplendor. Es depurativo, diurético, antiséptico y antibacteriano.

 Venid, entrad, mirad, tomad y comed todos, si queréis, que éstos son los frutos de nuestra tierra … si es que hay tierras de alguien.

EL OLIVO, EL ÁRBOL QUE DA ZUMO

Cuenta la tradición que en tiempos de nuestros abuelos la compra-venta de las tierras plantadas de olivos tenía que hacerse en el mismo campo. Así, el dueño antiguo podía presentar al nuevo amo los olivos y que éstos se familiarizasen con él. Si esto no se hacía, era probable que los árboles se negasen a servir al nuevo propietario, tratándolo como a un desconocido.

Tengo delante las imágenes de nuestros olivos nevados, una estampa que quizá tarde en repetirse y que permanecerá mucho tiempo en mi memoria. Siento la atracción que ejercen sobre mi persona; son jóvenes y fuertes. ¡Por favor, resistid estas bajas temperaturas de estos días!

El olivo no pierde las hojas en otoño, las conserva y sólo las cambia cada dos o tres años.

En primavera comienza su ciclo con la aparición de las primeras flores. Estos brotes, llamados «rapas» o «garrones» darán paso a las olivas.

En condiciones normales, por cada cien flores se hacen de una a cinco olivas.

Las primeras olivas son verdes, pero a medida que llega el frío, van madurando y se oscurecen.

El punto de maduración llega entre noviembre y enero. Las olivas están a punto para ser recogidas.

Las nuestras las recogimos antes de Navidad.

Y…  ¿ Qué tendrán 476 kilos de olivas que tanta alegría nos dieron ?

Color, sabor, textura, olor, movimiento,… ilusión.

oliveras

Recuerdo que nuestra aventura aceitunera comenzó hace cinco años cuando plantamos 164 olivos en nuestros yermos, cerca de la viña, todos de la variedad arbequina. Esta clase produce una oliva más redondeada que alargada, de maduración temprana, de un color verde-violeta, reluciente, que soporta las bajas temperaturas de esta zona y produce un aceite finísimo.

El aceite es oro líquido. Los griegos lo consideraban un don de los dioses. Los romanos lo extendieron por todo el Imperio. Los árabes mejoraron los métodos de
obtención. Y de norte a sur del Mediterráneo, el aceite es un nexo que une paisaje y cultura.

Las aceitunas las recogimos a mano, peinando los árboles y en el punto óptimo de maduración. Las colocamos en cajas para que viajaran aireadas y las llevamos, antes de 24 horas, a la almazara para que se haga la molturación y la aceituna no se caliente. Si esto sucediera el aceite no sería aceite de oliva virgen extra.

Tengamos en cuenta que este aceite es el zumo de la oliva, el de más calidad y el más natural. Sale de la prensada sin añadir ni quitar nada, y su grado de acidez no es mayor de un grado.

Os dejo un dicho. Se dice:

«Si per Sant Pere vas a l’olivar i veus una oliva aquí i una altra allà, torna-te’n a casa que oliada hi ha»

 

Elvira Galindo