La sal del Javalambre

Compartimos una interesante noticia sobre el vecino municipio de Arcos de las Salinas, publicado por Vicente Lladró en Las Provincias.

Tienen un proyecto en mente en el que quieren restaurar las salinas del S.XII y que fueron propiedad directa del rey Jaime I. Junto a la puesta en valor de las salinas, quieren abrir un centro astronómico en un monte cercano.

La idea es dar a conocer el municipio, ampliar la oferta turística y complementarla, como indica en el artículo, ya han llegado a un acuerdo con nuestro pueblo, Alpuente, para combinar la oferta turística de ambos municipios.

Es una idea interesante que puede ser beneficiosa para Arcos y para Alpuente.

http://www.lasprovincias.es/v/20130112/valencia/javalambre-20130112.html

20130204-174542.jpg

Alpuente celebra el día de su patrón

Se celebró en Alpuente la tradicional festividad de San Blás, patrón de Alpuente, médico, obispo y mártir. La noche anterior los festeros organizaron un acto lúdico en la Casa de la Cultura al que asistieron numerosos vecinos.

El domingo amaneció un día radiante, luminoso pero con fuertes rachas de viento frío del norte. Se podía ver la Sierra de Javalambre nevada.  A las doce se celebró la Santa Misa en honor del Santo oficiada por don Antonio, don Marcelino y don Abel, antiguo párroco de Alpuente recién llegado de su viaje apostólico a Perú.

La Iglesia se encontraba abarrotada de numerosos feligreses así como de buena parte de la corporación local presidida por nuestra alcaldesa doña Amparo Rodríguez.  Después de la misa don Abel  dirigió unas cariñosas palabras a sus antiguos feligreses. Se bendijeron las naranajas y después de la misa se procedió a sacar al santo por las calles de la villa con redoble de campanas.

Finalmente se procedió al tradicional ritual del beso a la reliquia del santo y pase por la garganta para evitar males de dicha zona.

Por la tarde se impartirá una conferencia en los locales del nuevo ayuntamiento sobre “Los altares astronómicos de Alpuente”

San Blas 2013

El próximo domingo día 3 de febrero se celebra en nuestro municipio la festividad del patrón San Blas. Como viene siendo habitual se realizarán los siguientes actos festivos y religiosos.

2 de febrero

  • Hogueras en las plazas
  • Verbena en la Casa de la Cultura, organizada por los festeros.

3 de febrero

  • 12h. Misa mayor cantada: en la que se bendecirán las naranjas, además de las cestas que lleven los vecinos. También se pasará la reliquia de San Blas por la garganta. A la salida de la misa, los concejales repartirán las naranjas bendecidas en la puerta.
  • A continuación de la misa, será la Procesión con San Blas por las calles de la Villa.

 

JUEGOS TRADICIONALES: LAS BIRLAS

Uno  de los  juegos que recuerdo de mi niñez en Alpuente es el de las Birlas.

Entre los años 1960 a 1975 jugaban los chavales mayores y también los adultos, ocasionalmente en la plaza o en el trinquete del pueblo, y en las aldeas, las mañanas de domingo y también al atardecer, entre semana, (no recuerdo ver  chicas  ni mujeres jugando).

Las birlas es otro  de los juegos que con el paso de los años ha caído en el olvido.

Me cuentan  Ramiro Rochina  e  Isidoro de Campo de Abajo que cuando ellos eran jóvenes, se hacían corros en torno  a las partidas, no solo para ver el juego, sino también para hacer apuestas.

Los buenos  tiradores  apostaban  contra  la gente del corro que quería participar, de forma que quien quería apostar  dejaba caer una  o varias monedas  al suelo, y una vez se cerraba la apuesta, comenzaba la partida. Si el jugador hacia “BUENA”, es decir, dejaba plantada solo una de las seis birlas, en las tres tiradas con los birlos o mochos, ganaba y recogía las monedas; en caso contrario, tenía que dejar caer una moneda idéntica  a la apostada por cada jugador.

El Juego es sencillo, de puntería o destreza, y consiste en derribar cinco de las seis birlas que se plantan a una distancia de unos 14 metros, mediante tres mochos con forma ovalada.

Tanto las birlas como los mochos estaban hechos a mano o por el carpintero, con madera de Carrasca, que es dura y resiste los golpes.

La Sociedad Cultural con el ánimo de recuperar este y otros juegos tradicionales de nuestro pueblo, compró un juego de Birlas, que se utilizó el día 13 de Agosto de 2009, con los quintos y los niños y mayores que participaron en los juegos, y posteriormente por unos cuantos socios y simpatizantes en el polideportivo  de Alpuente.

Este juego, antes muy extendido por todo el territorio valenciano, tiene distintas peculiaridades en cada pueblo o comarca, que vale la pena descubrir: (Forma, tamaño y material de las birlas y los mochos, forma de plantarlas, de  jugar, etc.).

Actualmente las birlas es uno de los juegos que se está recuperando gracias al esfuerzo de la Federació Valenciana de Jocs i Esports Tradicionals, que organiza actividades y campeonatos por toda la Comunitat, y de la “escola autonómica de jocs tradicionals” que dirige Ángel Gómez.

En los veranos de 2011 y 2012, la asociación ha organizado sendos campeonatos de birlas en el polideportivo, con notable éxito de participantes, parece que se va creando afición por este juego entre los jóvenes y mayores.

Actualmente contamos con 2 juegos de birlas que están a disposición de los socios y simpatizantes, para su uso en Julio y Agosto, en la piscina del polideportivo de Alpuente.

En las fotos vemos un aspecto de las partidas de birlas del campeonato de 2012 y los tres ganadores:  Paco,  Jaime Serrano y Salvador.

 

Revista La Taifa de Alpuente y las aldeas. Nº 8

Está a punto de salir de imprenta el número 8 de la revista.

Próximamente la recibiréis en casa los asociados.

Os pedimos disculpas por el retraso pero creo que valdrá la pena esperar.

En éste número veréis cambios en el diseño de las páginas interiores, ya que Elías Debón se ha encargado de la maquetación. Espero que os guste tanto como su contenido.

Os adelanto la editorial, y más adelante  iremos incluyendo  otros  artículos en la web.

EDITORIAL                                                                                Salvador  Rubio  Cubel

Un cordial saludo  a  los lectores.

 Termina 2012, pero en contra de todas las profecías de Nostradamus, Los Mayas, los Testigos de Jehová, etc.,  el mundo no se termina, las personas seguimos aquí, y llega el 2013, que ya está a la vuelta de la esquina.

La vida en nuestras ciudades y pueblos continúa, las situaciones de cada persona y de cada familia, cambian, y en los últimos años, especialmente desde que se inició  la crisis en 2008, por la burbuja inmobiliaria, o por otras circunstancias, para la  mayoría de ciudadanos,  empeora.

 

No hay más que   dar un vistazo a las noticias: El Paro creciendo, la corrupción y mal uso del dinero de nuestros impuestos por  parte de no pocos políticos que nos gobiernan,  la  subida de impuestos, los desahucios,  los recortes en sanidad, investigación, educación, prestaciones a desempleados  y discapacitados,  la reforma  laboral, las tasas judiciales, las posibles privatizaciones en sanidad y educación, las “ayudas económicas” a las cajas y bancos “nacionalizados”, …, estamos contemplando cómo  cambia todo.

Como ciudadanos, no podemos  ignorar esta realidad, ni mirar hacia otro  lado,  nuestra responsabilidad   es   ser conscientes de lo que pasa  y tratar de  cambiar  aquello que  no nos gusta, o que creemos injusto, en la medida de nuestras posibilidades. La democracia  no consiste  solo  en votar cada cuatro años. A quienes legislan y nos gobiernan, hemos de exigirles como mínimo honradez, transparencia y justicia. Nuestra  asociación  no tiene  color ni acepción política, pero sí democrática, por ello no debe  permanecer  ajena  a  la realidad   social  que  nos toca  vivir.

Estamos creciendo en número de asociados, pero debemos exigirnos más en participación, la última asamblea de agosto tuvo una baja  asistencia de socios. Hemos de ser conscientes de que la asociación somos todos y en la asamblea tenemos la oportunidad de  valorar el esfuerzo de la junta durante todo el año, opinando o sugiriendo  cambios y mejoras en las actividades realizadas.

Esta revista  es  también un medio  que  podemos  y debemos aprovechar para expresar nuestras opiniones o valoraciones sobre la asociación y sobre los acontecimientos de actualidad,  que  nos afectan  en el ámbito de  nuestra vida diaria en nuestros  pueblos, aldeas  o  comarcas  o  como ciudadanos en general de este planeta que habitamos. Os animamos  una vez más  a  utilizarla, a  enviarnos  vuestros artículos, opiniones  relatos, entrevistas, etc.,  para que sea útil y  pueda seguir  existiendo.

Seamos  positivos,  valoremos  lo bueno  de  estas  fechas  navideñas,  y  tratemos de  pasarlo  lo mejor  posible.

Feliz  Navidad  y  mejor  2013.

Relato: El Dilema

Os ofrecemos un relato corto de nuestro vecino y asociado Manuel Pérez Recio, escritor de varios libros y colaborador  habitual en nuestra revista «La Taifa de Alpuente». Recomendamos visitar su blog.

 

 

 

 

 

 

EL DILEMA                                                                                        por Manuel Pérez Recio

www.neloescribe.blogspot.com
–Menuda troná, padre. Parecía que San Pedro estuviera moviendo los muebles.
–El tiempo está loco, zagal. Que uno ya no sabe cuándo acaba el invierno. Igual te afloran los almendros que a la semana cae una helada y todo se va al carajo. Aunque esto ya se veía venir: lo del cambio climático ése, digo. Tanta contaminación y tanta puñeta… Más valdría que se ocuparan de cuidar el monte, que no se puede ni caminar.
–Es que ya casi no quedan animales que se coman las malas hierbas. Y después de los incendios, las aliagas crecen a sus anchas.
–Y los pocos que hay los matan. ¡Pues no hace que no he visto una liebre o un jabalí rondando por los aledaños!… Porque para acabar con ellos no hace falta pegarles un tiro, basta con meter una carretera de por medio. Al menos, antes aún iban a la cazuela. Que ahora, a los de ciudad les da reparo acercarse a ellos por no mancharse las manos de sangre; ni siquiera paran el coche a ver que han pillao… Cualquier día enganchan a una persona, con un todo-terreno de esos que nunca han pisado un charco, y se piensan que ha sido un perro.
–No diga eso, padre. Habrá de todo.

–¡Bueno! ¡Menuda escalera, eh! En fin, ya hemos llegado. ¿Tienes la llave?
–Claro. Tome.
–Ni sé cuánto hace que no subía al campanario. A ver… Ya. ¡Uf! Se está fresco aquí arriba.
–Vaya que sí. Pero hay buena vista, eso sí. Mire ese granizo. Parecen huevos de gallina.
Con ese tamaño te descalabran fácil.
–Seguro que también ha roto alguna teja. Menos mal que no hace aire. Vamos a echar un ojo.
–Yo miraré por aquí, y así vigilo la canal. ¿Le parece?

–Lástima de pueblo, la mitad de casas abandonadas. Acabará siendo todo escombros y maleza; tiempo al tiempo…
–No sea pesimista, que ahora cuando se ponga de moda lo del turismo rural vendrá mucha más gente.
–Ya nada es lo que era, zagal. De casi doscientas personas hemos pasado en menos de diez años a poco más de una docena, la mayoría viejos achacosos con un pie aquí y otro allá.
Eso sí, de siempre bien avenidos y todos a una. Para que luego vengan de fuera a decir que los de pueblo somos unos paletos incivilizados.
–Yo nunca he oído que nadie dijera eso de nosotros, padre.
–¿No?… Igual también tú debieras marchar un tiempo a la ciudad, a buscar un trabajo en las fábricas, y ver algo de mundo. Aquí no tienes futuro… Puede que tu madre, que en paz descanse la pobre mujer, aún tuviera razón en eso.
–Pero es que a mí no se me ha perdido nada allí.
–¡Que ya va siendo hora de que te busques una buena mujer, leñe! ¡Y me des algún nieto! Yo a tu edad… ¡Mira a tu hermana!
–¿La Herminia?
–¿Qué tienes más hermanas?
–No… claro. Pero tampoco crea que todo son alegrías. La gente sufre mucho de estrés. Y muere joven. No hablan entre ellos, van palante, palante como los burros. Además, la vida está muy cara: se paga hasta por respirar o cruzar la calle. Nada que ver con la tranquilidad que tenemos aquí.
–Tres churumbeles y un marido que trabaja en la Administración.
–¡Bah! Malcriados. Y el panoli del Eduardo, que siempre viene encorbatado y no para de hablar de sí mismo, mirándonos por encima del hombro como si fuera un ministro o yo qué sé.
–Je, je… Ahí no te quito la razón. Ése tiene un revés que… Anda, pásame el gancho que voy a retirarla.
–Cuidado, padre, con la campana, no se me vaya a golpear la cabeza. Que ya no está usted para estos trotes. Y póngase bien la boina que se le va a caer.
–¡Leñe, para ya! Habrá que sacar la cigüeña de ahí, ¿no? O en un par de días se llenará de gusanos.
–¿Quién le mandaría meterse a sacristán?… ¡Si usted es más rojo que las amapolas!
–Algo tengo que hacer, digo yo. Desde que me quitaron el carné, ya no puedo coger el tractor para ir a labrar. Y el campo, tú ya sabes, queda muy lejos para ir andando. Así que, por lo menos, tengo controlado al cura para que no se me desmadre con la feligresía.
–Ale, agarre el animal y vayámonos, que es un poco tarde.
–Uf… Cómo pesa la jodía.
–Espere, que le ayudo.
–¡Pero!… ¿Qué diantres!
–¿Qué sucede?
–¿Has visto eso, zagal?…
–¡Sí! ¡Están vivos! Los polluelos están vivos, padre. Y parecen hambrientos.
–La pobre pudo refugiarse bajo el techado del campanario, pero aguantó el granizo como una jabata para salvar a sus crías. Lo que es el instinto animal, oye.
–Lo ve, como no me puedo marchar.
–Abelino, que te veo venir.
–Alguien tendrá que cuidarlos. Y yo a usted no le veo de niñera.
–¡Ah…! Diablos… La… madre que me…
–¿Le ocurre algo, padre?
–No… No. Nada… Ya se me pasa. Un ahogo, no más. Cosas de la edad, ¿qué quieres, a mis años? Anda, agarra tú a los animalicos. Luego les haremos un sitio en el corral… ¡Y no me mires con esos ojos de cordero degollao, rediez, que no ha sido na! Pues no me queda aún ….
–¿Lucía?
–¡Abel!… Qué casualidad, te iba a llamar ahora. ¿Cómo estás?
–Bien. Por aquí andamos, salvando el Planeta. Verás, lo he estado pensando y…
–¿Le has contado lo nuestro?
–No. No he encontrado el momento adecuado.
–¿Cómo?… ¿Por qué me haces esto? ¿Es que no me quieres lo suficiente?
–No es eso, cariño. Claro que te quiero.
–¿Qué es entonces?
–Pues que me voy a quedar un tiempo más en el pueblo. No puedo marchar ahora. Mi padre está mayor y…
–Pero, ¿y qué hay de nuestros planes!… Ya lo habíamos hablado. ¡No podemos estar viéndonos sólo los fines de semana! Tenemos sitio para tu padre. El piso no es muy amplio pero nos apañaremos. Además, el comedor tiene vistas al parque de enfrente y al aparcamiento del súper. Se distraerá viendo pasar a la gente y los coches.
–No es suficiente, Lucía. Él no…
–Pues no voy a estar esperando eternamente, ¿sabes?
–No tienes por qué hacerlo. Siempre tenemos “la otra opción”.
–¡De eso nada! Yo no me mudo a un pueblucho, lleno de vejestorios, a tres cuartos de hora de la civilización. Si al menos estuviera en la periferia…
–Sé que no vas a entenderlo, así que no te daré más explicaciones: un año, es todo lo que te pido. Luego, si Dios quiere, buscaremos una solución para mi padre e iremos a vivir a la ciudad, o donde tú quieras.
–Abel, perdona, pero he de dejarte, es que tengo la comida al fuego. Si te parece, ya hablamos esta noche más tranquilos, ¿vale?… Ah, y una cosa más: este sábado no podemos quedar, que tengo merienda con unas antiguas amigas del instituto. Hace tiempo que no nos vemos y quizá se nos alargue la tarde. Se me olvidó decírtelo.
–No pasa nada, lo comprendo.
–Entonces hasta luego, Abel. Después te llamo. Un beso.
–Adiós, Lucia, adiós. Un beso muy grande. (Clic) …¿Sabes? Es extraño, pero te quiero. Y  tardaré en olvidarte. Pero espero, sinceramente, que seas muy feliz.

Manuel Pérez  Recio

 

Carta del Presidente: Navidad 2012

Querido Socio:

Aprovechando las tradicionales fiestas navideñas, un año más, me dirijo a ti, para felicitarte la Navidad a ti y a los tuyos y desearos un próspero año 2013. La Asociación Cultural Amigos de Alpuente que presido en virtud de la confianza depositada en la última Asamblea General ha tratado de cumplir sus objetivos con vuestra apreciadísima colaboración y con el trabajo de la junta formada por su Vicepresidente José Bueso, Secretario José Vicente Gallego, Tesorera María Teresa Verdú y vocales, Salvador Rubio, Salva Marí, Carlos Pérez, Sonia García, Antonio Debón, Alberto Tayala y María José Debón. Esta última abandonó la junta en la pasada reunión por motivos personales y familiares. Desde aquí queremos agradecerle su trabajo y dedicación así como el ofrecimiento que nos ha hecho de colaboración.

A lo largo de este año hemos tratado de consolidar todas las actividades iniciadas y abrir nuevas. Somos una asociación Cultural pero opinamos que la cultura no tiene por qué ser aburrida y procuramos organizar eventos que tengan una parte lúdica y cultural. Sabemos que algunos actos pueden parecer a algunas personas frívolos o de escaso valor cultural pero tenemos que compatibilizar la vida cultural con la familiar y la laboral y esta combinación no siempre es fácil.

La página web es ya un referente con más de diez mil visitas y cantidad de comentarios introducidos en la misma. La Revista dirigida por Salvador Rubio se ha convertido también un claro objeto de demanda por parte de los asociados. Y ni que decir de actividades como el senderismo, el concurso de fotografía que ya va por su tercera edición, el calendario editado por la asociación y disponible en la Web. Este año además hemos contado con conferencias, cenas de hermandad, bingo y concursos de tapas.

A pesar de la crisis y de los malos tiempos nuestra economía está saneada gracias a la buena gestión de las anteriores juntas, a que tratamos de gastar con moderación y mesura y que procuramos aumentar nuestros ingresos con la venta de calendarios, lotería y bingos.

Como muchos ya conocéis hemos abierto un nuevo y ambicioso proyecto de restauración de la Ermita de la Purísima. Por ahora es solo un “sueño” Pero estamos convencidos que podemos conseguirlo si nos lo proponemos y contamos con vuestro apoyo.

Tan solo me queda como señalaba al principio desearos feliz Navidad y próspero año nuevo.

Vuestro Presidente

La Ermita de la Purísima de las Eras: Estado actual

Una  comisión de la junta formada por varios miembros de la asociación y su presidente procedió en el día de la purísima, 8 de diciembre, a evaluar con el Profesor Doctor don Manuel Ramírez la situación actual de la Ermita de la Purísima.

El Profesor Ramírez imparte clases en la Universidad Politécnica en el quinto curso de arquitectura y es un experto en restauración y recuperación del patrimonio. Entre sus obras de restauración y recuperación figuran las torres de Quart y la emblemática Lonja de Valencia, aparte de contar en su currículo con varios premios y diferentes publicaciones al respecto. El profesor Ramírez se ha ofrecido de manera voluntaria y altruista a colaborar con la Asociación Cultural Amigos de Alpuente y ofrecernos los medios disponibles a su alcance para recuperar la Ermita. Así pues contamos con un auténtico experto en la materia aparte de un apasionado amante del arte y de nuestro patrimonio cultural.

En su interior la Emita muestra el aspecto ruinoso y decadente que os mostramos en las fotos.  Polvo por todas partes, desconchados en las paredes, grietas, inscripciones de gamberros anónimos y no tan anónimos, versos. Sin embargo se puede adivinar a través de los desconchados, la suciedad y las grietas su pasado y que en otro tiempo fue un lugar de culto hermoso y cuidado.  Al ver la Ermita en tal situación nos han asaltado sentimientos contradictorios por una parte un sentimiento de rabia, ¿cómo es posible que hayamos dejado que un lugar que forma parte de nuestro patrimonio cultural haya llegado a semejante situación?  Y por otra, de repente, ser consciente de la magnitud del reto al que nos enfrentamos. ¿Seremos capaces de llevar a buen puerto el proyecto?

El Profesor Ramírez comenzó por tomar muestras de las paredes para analizar los materiales, de las pinturas, para datarlas. Mediante un fibroscopio procedió a observar a través de las grietas y fisuras del edificio el interior de los muros. Todo el edificio muestra signos evidentes de ruina habiendo cedido dos de los los arcos de la bóveda principal. Las paredes han perdido la plomada en algunos casos hasta varios centímetros, especialmente la pared oeste permaneciendo la pared este y los contrafuertes en estado aceptable pero no así los de la pared oeste.  Curiosamente la Ermita no tiene una orientación este –oeste como la mayoría de los templos cristianos sino su orientación es norte-sur que sería la orientación propia de un edificio civil de la zona. Este detalle reforzaría la hipótesis  de que la ermita tuvo un uso previo al del uso como lugar de culto.

Finalmente se procedió a evaluar el edificio anexo a la ermita y que fue construido sobre los años setenta, utilizado al principio como almacén de trigo y actualmente como garaje. Al parecer el profesor Ramírez opina, en una primera evaluación, pendiente de confirmación ulterior  en base a los datos obtenidos, que el edificio anexo podría desmontarse sin que la estructura de la Ermita peligrase.

Con todos los datos recogidos y un análisis de las muestras el profesor elaborará un informe borrador para iniciar una estrategia de estudio más concienzudo y un plan de trabajo.

El proyecto de recuperación es muy posible como ya hemos adelantado en alguna ocasión deba ser abordado en varias fases. Pero esa ya es otra historia.

Relato: «Gaia (I)»

-En pie el acusado.

El hombre se levantó sin entender todavía por qué estaba allí.

-¿Su nombre, por favor?

-Humanidad -respondió con voz trémula.

Todo lo que lo rodeaba le parecía extraño, como sacado de una macabra pesadilla, pero algo le decía que debía contentar a las personas que tenía en frente para no empeorar las cosas.

-¿Sabe el acusado por qué se encuentra aquí?

En realidad, ahora mismo no sabía ni que significaba “aquí”. No conseguía ubicar el lugar. En un principio creyó encontrarse en lo que parecía una sala judicial, pero allí nada era como debiese ser. No habían bancos de madera, ni estrado, ni nada que le recordase a ese tipo de estancias. Pero en lo más profundo de su ser sabía que dónde estaba era precisamente eso; aunque no sabía por qué, él no había hecho nada.

-No, señoría -respondió al fin, más por instinto que porque realmente quisiese hacerlo. De hecho, no había sido consciente de haber pronunciado el apelativo “señoría”. Aquello no tenía ningún sentido.

Los asistentes a aquel extraño evento susurraron indignados ante la respuesta del hombre. Incluso alguno lanzó improperios contra su persona, pero rápidamente fueron silenciados. No podía tolerarse aquel tipo de conductas, aunque el interpelado fuese quien decía ser, aunque hubiese hecho todo por lo que se encontraba allí.

-¿Es en verdad usted el hombre conocido como Humanidad? -volvieron a preguntar.

Éste asintió esta vez, ya que su voz se entrecortó y no pudo pronunciar palabra alguna.

-Conteste, por favor-insistieron.

-S… sí, señoría -¿señoría? Ahora sí que se había percatado, pero seguía sin saber por qué utilizaba ese término-. Per… pero no sé por qué estoy aquí -repitió el hombre.

Nuevos susurros. El hombre se giró hacia las voces, que callaron cuando descubrieron que les estaban mirando.

¡Qué extraño era todo! Lo trataban con miedo, como si hubiera hecho algo atroz. Pero aquello no podía ser, él no había hecho nada. Entonces, fue consciente de que se encontraba encadenado. Unos extraños grilletes, hechos de roca viva, rodeaban sus muñecas. Y sus tobillos estaban enredados en lo que parecían raíces y ramas de diversas plantas. Cada vez que intentaba hacer un movimiento para zafarse, las rocas, las raíces y las ramas se tensaban y apretaban más sobre sus articulaciones, impidiendo sus movimientos.

-Sus crímenes son múltiples y cada cual más aterrador que el anterior -comentó con tranquilidad la que parecía ser la voz cantante allí-. Vertidos tóxicos, emisiones de gases venenosos, extinciones masivas, talas indiscriminadas, desecaciones de zonas húmedas, extracciones ilegales, incendios… -comenzó a enumerar-. Por no salvarse no lo han hecho ni los de su propia especie. Genocidios étnicos, violaciones, torturas, secuestros, asesinatos, guerras… Y eso sólo es el principio. Muchos otros cargos son los que se le imputan.

La cara del hombre se llenó de pavor. ¿Que estaban diciendo? Aquello no podía ser. Era imposible. Él no era responsable de todo por lo que lo incriminaban. Ni si quiera tenía recuerdos de todo lo mencionado.

-Pero… Yo… no recuerdo… Yo no he hecho todo eso.

Más susurros se oyeron en la sala.

-¿Usted? No nos haga reír. Usted no ha podido hacer todo eso solo -algo le decía que, aún así, lo que iban a decirle no era bueno-. Usted es un ente creado por nosotros. Tan sólo representa a una parte de este mundo, una raza, una especie animal, de las últimas en aparecer en el planeta. Estos son los crímenes que han cometido estos individuos. Usted sólo es una representación de todos ellos, un mero utensilio para juzgarlos.

Entonces, el hombre se percató realmente de todo lo que lo rodeaba. Quienes asistían a tal evento eran personas, como él, pero había algo que las diferenciaba. Cada vez que miraba a uno de ellos, el hombre percibía su verdadera naturaleza, que lejos estaba la de ser hombres y mujeres. Ante él, algo completamente increíble presidía la sala. Una ballena, ¡una ballena!, se encargaba de dirigir todo el proceso judicial, porque estaba claro que aquello era un juicio. A su derecha, a la misma altura que él, un veneno potencial para la vida, pero tan necesario para la misma, actuaba de fiscal. O3, ozono, un filtro natural contra los rayos dañinos que enviaba el astro rey contra el planeta. Una molécula de tres átomos de oxígeno era la “persona” que presentaba los cargos por los que estaba siendo juzgado. Y el resto de asistentes eran igual de increíbles, animales de todas las clases, especies vegetales de todos los tipos, parajes naturales, compuestos químicos esenciales para la vida, microorganismos… asistían al juicio.

Pero allí fallaba algo. Una circunstancia que escapaba a su control. No había jurado, lo cual, en un principio, no era problemático, ya que sería el juez, la ballena, quien se encargarse de dictar veredicto. El verdadero problema era que no tenía defensor. Nadie, ni persona, ni animal, ni planta, ni… ni lo que fuera, se encargaba de defender su causa. Entonces lo comprendió. En realidad, aquello no era un juicio. Él, ellos, la Humanidad, ya había sido juzgada. Su entendimiento captó lo que aquello significaba, y un miedo, un pavor inconsciente e ilógico lo invadió por dentro. No tenía escapatoria.

-Entonces estamos todos de acuerdo -aquellas palabras no eran en realidad una pregunta, sino una afirmación, pero, aún así, todos los asistentes asintieron-. La sentencia ha sido consensuada y fijada… ¡Extinción! -y con aquella única palabra golpeó su martillo.

El hombre tembló de miedo al comprender lo que aquello significaba.

-¡No! -intentó gritar, pero su voz había sido censurada y ya nadie oía sus súplicas.

Entonces, su figura fue desapareciendo poco a poco, difuminándose.

-Es una pena -susurró el “extraño” juez, pero nadie le oyó-, eran una especie con tantas posibilidades.

Y el mar sonrió.

 «Tributo a Mägo de Oz»

by-nc-nd (1)