Crónica de la ruta Las Eras Los Arcos

El sábado día 2 de Julio tuvo lugar la segunda ruta botánica organizada por la asociación Amigos de Alpuente. Denominada Ruta botánica de los Arcos, en homenaje a uno de los monumentos más emblemáticos de Alpuente.
La ruta comienza en la Ermita de la Purísima, en en barrio de Las Eras y tiene dos tramos, uno más urbano, que discurre entre las viviendas de las Eras y el Reguero, y el otro, más ribereño hasta llegar a Los Arcos, con choperas de Populus nigra (chopo) y alamedas de Populus alba.
El tramo más urbano no está exento de plantas silvestres interesantes comestibles, como la achicoria, cerradas o collejas. Abunda mucho el perejil y el beleño blanco que crece en las hendiduras de los muros.
En la zona de la antigua casa del Molinero apreciamos todas las estructuras anexas al Molino. Entre los árboles destacan los almeces y los olmos.
Entre los arbustos impresiona una cornicabra (Pistacia terebinthus) espectacular creciendo en el muro de piedras.
Después el cauce del Reguero se estrecha mucho debido a la abundancia excesiva del carrizo, estancando la poca agua que circula y propicia las poblaciones de larvas de mosquitos.
Salicarias y adelfas salpican la ribera de flores.
Cuándo empieza la senda hacia los Arcos se puede apreciar otro ejemplar arbóreo espectacular, una carrasca soberbia y unos chopos cabeceros inigualables.
La senda avanza hacia el Acueducto, entre carrizos, chopos y huertos hasta llegar al destino previsto, donde descansamos, charlamos y admiramos esta obra sin parangón en toda La Serranía.
La vuelta fue más rápida, entre bromas y anécdotas aportadas y compartidas por todos.
En fin un paseo de tres horas, desde las 9:00 hasta las 12:00, muy participativo y con mucho intercambio de información.
Gracias a todos.
Un abrazo.

PS: fotos cortesía de Daniel García y el autor

Rutas Botánicas

Introducción

A partir de una sugerencia de Eduardo Escartí, tras conocernos en el curso de una actividad botánica celebrada en el vecino Rincón de Ademuz, nos propusimos desvelar los valores botánicos, incluidos los etnobotánicos, del territorio de Alpuente y sus aldeas a través de la realización de rutas botánicas guiadas.

A cualquier viajero que visite La Serranía, concretamente Alpuente, no se le escapará la sensación de encontrarse en un lugar donde la vegetación imprime carácter al paisaje. 

Las sabinas albares, los pinares, los carrascales y sus bosques mixtos dan fuerza  especial al territorio y majestuosidad a los paisajes de Alpuente y se complementan con los cultivos de secano (almendros, olivos, frutales,…) y los bosques ribereños del Reguero, ramblas y barrancos. 

Este territorio, además, es encrucijada de vías migratorias de especies vegetales y punto de encuentro biogeográfico, lo que hace que su flora sea de gran interés. A pesar de ello, no existe todavía un catálogo de flora de La Serranía, ni de Alpuente en particular aunque sí que son numerosas las citas en el Banco de datos de Biodiversidad (BDB) de la Comunidad Valenciana y los artículos referentes a su flora en publicaciones botánicas especializadas.

Como es de justicia, hay que recordar a los botánicos que han recorrido y recorren estas tierras empezando, como no, por Antonio José Cavanilles en sus Observaciones sobre el Reyno de Valencia (1795-97). También Simón de Rojas Clemente (1777-1827), natural de Titaguas, realizó colecciones y un catálogo de plantas de la comarca en su Historia natural de Titaguas. Carlos Pau (1847-1937), botánico farmacéutico de Segorbe, también herborizó en Alpuente aportando citas de sumo interés como la de la compuesta Inula hispanica Pau, renombrada Inula britannica subsp. hispanica (Pau) O. Bolòs & Vigo, en 1895, única referencia conocida sobre esta planta para la Comunidad Valenciana, donde no se ha vuelto a encontrar desde entonces. Actualmente, botánicos valencianos de la talla de Gonzalo Mateo, Emilio Laguna, Antoni Aguilella, sus equipos y otros siguen aportando datos y citas sobre los tesoros naturales de flora y vegetación de Alpuente y La Serranía.

  • PLANTAS DE ALPUENTE Y SU ENTORNO.

Para el reconocimiento de la Flora del término municipal (T.M.) Alpuente hemos dividido el estudio en dos partes: por un lado y en primera fase hemos revisado y revisaremos in situ las plantas de Alpuente-pueblo y su entorno más próximo y, por otro lado, en fechas posteriores, abordaremos la Flora del resto del T.M., es decir, del territorio asociado a las aldeas. El objetivo es realizar un catálogo de las plantas de Alpuente, incluyendo sus usos y virtudes medicinales, que sirva de base para la confección y gestión de rutas botánicas idóneas para ofertar a los visitantes interesados y ampliar el conocimiento del patrimonio natural de Alpuente.

Los transectos para observar la flora del entorno del casco urbano se corresponden con las siguientes rutas que ya hemos recorrido en invierno.

  • Ruta del Castillo y la Muralla.
  • Ruta de los Huertos medievales y Los Arcos.
  • Ruta del Cerro de San Cristóbal.
  • Ruta de la Hortichuela.
  • Ruta de La Bomba (en parte). 

La conexión de la ruta de la Bomba con la ruta de la Hortichuela a través de El Molino, que actualmente es inviable debido a la acumulación de zarzas, ofrecería valores nuevos desde el punto de vista científico y añadiría una ruta alternativa que conectaría con el resto del curso del Reguero. Se podría denominar, en su conjunto, Ruta del Cañón de Alpuente.

Algunas de las especies vegetales que hemos encontrado se pueden agrupar en las siguientes categorías.

Lavatera marítima
  • BOSQUE RIBEREÑO.

Asociado a las riberas del Reguero. Destaca el estrato arbóreo, dominado por los álamos o chopos: Populus alba (álamo blanco) y Populus nigra (chopo, álamo negro) con ejemplos de chopos cabeceros hacia Los Arcos.

 Los almeces, cuqueros, gayatones o hayatones (Celtis australis) también abundan y pertenecen a este hábitat aunque hay algunos plantados. Antaño su madera sirvió para hacer horcas y mangos de herramientas agrícolas. 

Los sauces o mimbreras aparecen esporádicamente, de porte arbustivo (Salix atrocinerea, S. purpurea) o arbóreo (S. fragilis); las varetas de las mimbreras servían para confeccionar cestas de mimbre y otros utensilios antiguamente.

Los olmos (Ulmus minor) y las higueras (Ficus carica) también se asoman a la ribera. Los higos son medicinales, cocidos en agua son anticatarrales y las hojas de higuera igualmente cocidas alivian las infecciones urinarias. La madera de olmo era apreciada en otros tiempos debido a su atractiva apariencia y su resistencia a la humedad. Actualmente se reproducen olmos libres de grafiosis en viveros especializados que se utilizan en jardinería y repoblaciones forestales.

En el estrato arbustivo, tenemos tarays o tarajes (Tamarix sp.) que toleran la salinidad debida a los yesos y arcillas. Los baladres o adelfas (Nerium oleander) salpican la ribera de flores en verano: es una de las plantas mediterráneas más bellas debido a su floración abundante, de color rosa en estado silvestre. Muy utilizados en jardinería aunque producen efectos tóxicos por vía oral. 

Asociadas a las adelfas abundan las zarzas (Rubus ulmifolius), cuyos frutos comestibles, las moras, son consumidos desde siempre durante los paseos por la ribera. Muy extendido es su empleo como hipotensor, en infusión de los brotes jóvenes.

Ya más cerca o en contacto con el agua aparecen juncales, carrizales y cañares. La caña (Arundo donax) es una especie invasora que, en otros tiempos, tenía muchos usos, por ejemplo en la construcción de viviendas o en agricultura; actualmente como tutores para las tomateras y poco más.

  • PINARES Y BOSQUES MIXTOS.

En el estrato arbóreo del monte destacan los pinos que son muy abundantes en el entorno de Alpuente, como fruto de repoblaciones históricas monoespecíficas. Pertenecen, en su mayoría, a la especie Pinus halepensis (pino carrasco, pino blanco).

Los bosques mixtos de carrasca o encina (Quercus ilex subsp. rotundifolia) y sabinas ( Juniperus phoenicea, J. thurifera), debido a la presión antropógena de siglos, derivada del carboneo y otros usos, han dejado testigos y retazos de lo que fueron.

Olivos y almendros forman parte también de este estrato arbóreo, dando un mosaico forestal muy interesante desde el punto de vista paisajístico e, incluso, moderador de los efectos de los incendios forestales.

El estrato arbustivo es muy rico en especies: aladierno (Rhamnus alaternus), espino negro (Rh. lycioides), coscoja (Quercus coccifera), aliagas (Ulex parviflorus), etc. Algunas tienen propiedades medicinales tradicionales, como el aladierno o palomesto, excelente hipotensor.

El estrato subarbustivo pertenece a las plantas aromáticas, muy abundantes y diversas, que también aparecen en el matorral. Son muy populares, algunas son endémicas y empleadas para aliviar trastornos digestivos leves, resfriados o curar heridas: romero, tomillo, rabo de gato, hisopo, ajedrea para aliñar las olivas, etc. En la ruta del Castillo y hacia la Ermita de San Cristóbal, sobre sustrato rocoso, encontramos especies tan valiosas como el té de roca (Jasonia glutinosa ) o el poleo de monte ( Satureja fruticosa), ambas aperitivas y digestivas.

  • EL MATORRAL.

La degradación de los bosques ha dado lugar a diferentes etapas de sustitución que se manifiestan de distintas maneras según el lugar que se aprecie. En la entrada a la ruta de La Bomba, ruta del Castillo y en La Hortichuela la vegetación presenta una estructura muy abierta, lo que permite la entrada de luz abundante, los suelos son pedregosos, menos profundos y, como consecuencia secos, donde abundan las especies que hemos mencionado en el estrato arbustivo de los pinares.

En suelos pedregosos (Castillo, La Hortichuela) resulta muy común observar Lavatera marítima (malva de roca), de hojas grisáceas blanquecinas y flores de color rosa pálido.

En paredes verticales rocosas y muros son de destacar las comunidades vegetales rupícolas, instaladas en los rellanos y fisuras de las rocas calizas. Colgada en el acueducto de Los Arcos tenemos una especie endémica iberolevantina, Chaenorhinum crassifolium. En la ruta del Castillo y la Muralla abunda Sarcocapnos enneaphylla (zapatitos de la Virgen o hierba de la Lucía), especialmente en la fachada de la Iglesia donde podemos admirar un bello ejemplo de adaptación a este tipo de hábitats.

En suma, podemos apreciar que en esta primera fase del entorno más próximo a la población de Alpuente nos encontramos con especies vegetales, algunas endémicas, muy influenciadas por la presión antrópica pero que dan buena muestra del potencial natural del territorio. Desde nuestro punto de vista, tal patrimonio natural añadido a otros del mismo tipo (paleontológico, geológico, zoológico, paisajístico, …), bien gestionado, podría contribuir al desarrollo económico de un pueblo y una comarca pendientes de poner en valor. EN ELLO ESTAMOS. 

Autor: AURELIO PEÑA RIVERA.

Biólogo. Miembro de la Asociación AMIGOS DE ALPUENTE.

(Nota: La asociación planea realizar estas rutas para los próximos meses de Junio, Julio, Agosto y Septiembre. Se notificará con tiempo suficiente.)