La Taifa 13 – Para los abuelos

Voy a decir para ustedes,

con cariño y humildad,

una corta poesía

basada en realidad.

Recuerdo siendo pequeño,

igula que todos ustedes,

que teníamos gran respeto

sin tener tantos placeres.

Entonces era sagrado

contestar a los mayores,

que con mucha educación

cumplíamos los menores.

Fuimos muy poco al colegio,

hay que decir la verdad,

pero sí nos enseñaron

a tener que respetar.

Ahora estudian muchos años,

tienen que tener cultura,

pero tocante al respeto,

no hay ninguna asignatura,

y deberían tenerla.

Sepan ya los profesores

que se merecen un suspenso

quien contesta los mayores.

Los hijos deben ser hijos,

aun sobrados de potencia.

Los padres deben ser padres,

por muchos años que tengan.

No hay cosa para los padres

que les cause más placer,

que les respeten los hijos

por muy crecidos que estén.

Se encuentran entusiasmados,

llenos de felicidad,

pero si ven los contrario,

lloran en su soledad.

Se muestran acobardados,

constantemente sufriendo,

pidiendo con ansiedad,

que los llame el Padre Eterno.

Y es triste y doloroso,

y más que nada inhumano,

el no encontrar un cariño

al llegar a ser anciano.

Los nietos a los abuelos

los quieresn cuando son niños,

pero según van creciendo

se va mermando el cariño.

Si el abuelo los reprende,

le contestan enfadados:

“tu ya no entiendes ni papa

porque estás muy anticuado”.

Cabizbajo y dolorido

se queda solo el abuelo,

llorando gotas de sangre,

sin tener ningún consuelo

Por la mañana temprano

dicen muy fuerte y sin duelo:

“No hay quien duerma en esta casa

por las cosas del abuelo”.

A muchos seres les pasa

todo lo que estoy diciendo.

Que Dios se lo tenga en cuenta

todo lo que están sufriendo.

Y me despido de ustedes

con lágrimas en la vista,

y les doy un fuerte abrazo

a todos los pensionistas.

Por Josefina Martínez.

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