Microrrelato: Una pequeña mentira en la residencia

     Todas las palabras que el abuelo se ha aprendido durante el día, por la noche volverán al papel de donde salieron. Y las imágenes que con tanto esfuerzo se empeñó en memorizar, desaparecerán entre los vacíos de sus recuerdos. Mañana, cuando despierte, cogerá de nuevo el papel de la mesita y se pasará el día entero estudiando esas palabras y las fotos, tratando de memorizarlas para cuando llegue el momento. Entonces, esperará a que estemos todos sentados para cenar y uno a uno nos mirará a la cara y nos llamará por nuestro nombre. Con una triste sonrisa en los labios le seguiremos la corriente, porque todos los nombres de su lista, hace años que dejaron de existir.

 

Imagen de la foto destacada de la web www.diamundialdelalzheimer.com