LOS «KINTOS DE AYER Y DE HOY

Aunque ya han pasado casi  dos meses desde la segunda semana de pascua, recordamos este artículo publicado en el nº 3 de La Taifa de Alpuente, sobre la semana de «Kintos»  en Alpuente, una de las tradiciones que se mantiene viva, a pesar de la abolición hace algunos años, del servicio militar obligatorio.

LOS “KINTOS” DE AYER Y DE HOY. Salvador Rubio Cubel

Según la enciclopedia de la web, wikipedia:
“Quintos eran llamados los jóvenes que al cumplir la mayoría de edad se iban a hacer el servicio militar. Aunque el servicio militar ha desaparecido en España, en muchos lugares los quintos se han convertido en una tradición festiva, por la que los jóvenes al cumplir la mayoría de edad hacen una especie de fiesta para recordar a los «antiguos» quintos.

El nombre “quintos” proviene de la contribución de sangre u obligación de servicio militar que Juan II de Castilla (1406 – 1454) impuso durante su reinado, según la cual uno de cada cinco varones debía servir en el ejército, disposición que Felipe V retomó en 1705.
Pero el sentido de grupo que caracteriza a los quintos es más profundo que su significado castrense; por eso pervive desde mucho antes de la llamada a filas. Los autores versados en temas célticos sostienen que a los jóvenes de estas tribus se les exigía una prueba de madurez para ser aceptados como adultos por la comunidad.
Durante unos días debían sobrevivir en el monte por sus propios medios. A la vuelta y como testimonio habían de traer como testigo ramas de árboles de los bosques lejanos. Los nuevos mozos, orgullosos, exhibían por las calles su triunfante ramo adornado con las viandas y los presentes que los vecinos les regalaban a modo de reconocimiento.
En Piornal, era frecuente ver algún día, «el pinchoti de quintos»; ramo adornado con los alimentos que los mozos recibían de los vecinos y que paseaban por las calles del pueblo mientras iban cantando sones relativos a su condición.
En algunas zonas de Castilla y León y Castilla-La Mancha, tienen como tradición los quintos talar un árbol verde y sin desbrozarlo, colocar el Mayo (así se llama árbol talado para esta tradición) en la plaza del pueblo o delante de las casas de las jóvenes solteras.
En la provincia de Cuenca, eran costumbre las rondas por parte de los Quintos o mozos que eran llamados a filas.
Las rondas se celebran recorriendo todas las calles del pueblo acompañados de la orquestina y de los instrumentos más insólitos. Actualmente apenas se dan estas rondas debido a la ausencia de gente joven o «moza» en el lugar. En su recorrido invitan a los transeúntes a beber del botillo, mientras corean el acto de la liberación con estos versos, cantados a grito pelado: Mientras el cuerpo aguante no pares de beber. ¡Qué beba! ¡Qué beba! ¡Qué vuelva a beber! ¡Arriba cachipurriana!
Al final de las rondas, en que recogían de todo por las casas (dinero y especie), mataban un cordero y con lo recogido estaban de «zangona» varios días. “
En Alpuente los quintos, tienen una tradición arraigada, que se sigue manteniendo, pese a la abolición del servicio militar obligatorio.
Personalmente valoro esta tradición como un hecho positivo, una celebración de la mayoría de edad de nuestros jóvenes, que durante el año de “kintos” cumplen sus 18 años, mayoría de edad legal que les confiere nuevos derechos y obligaciones como: inicio de la edad laboral para muchos, fin del bachillerato o de la enseñanza obligatoria para otros, posibilidad de crear una empresa o de trabajar como autónomo, posibilidad de votar, inicio de la edad penal, posibilidad de obtener carnet de conducir, etc.
La semana de quintos en Alpuente, como todo el mundo sabe, se viene celebrando durante la semana posterior al domingo de pascua de resurrección.
Durante esa semana, los chicos y chicas recorren nuestras aldeas y el Pueblo acompañados de uno o dos músicos, que animan con pasacalles durante el día y con baile o verbena por las noches.
Los padres de los quintos de cada aldea, se encargan de proporcionarles comida y cama y ellos se dedican a animar las calles con su algarabía y con la música, y a pedir dinero y viandas por las cada vez menos casas habitadas y por la carretera.
Algunas costumbres van cambiando con los tiempos, pues ahora salen y conviven quintos y quintas durante toda la semana, mientras que en mi época los chicos eran los protagonistas, y las quintas de cada aldea colaboraban solo el día de su aldea.
Cada vez las chicas han ido cobrando más protagonismo en la fiesta, y actualmente ya casi no hay distinción o discriminación entre ambos sexos.
Pero no es ésta la única diferencia, pues también ahora, los padres lo viven más de cerca y han cobrado protagonismo positivo en la fiesta, hacen varias reuniones previas, para concretar los menús y los sitios para dormir, aportan una cantidad inicial a la cuenta de los quintos, con la cual se hacen camisetas, y gorras y se contrata al músico y la orquesta para las verbenas del fin de semana, y se celebran alguna comida y cena junto a los quintos durante el sábado y domingo del final de “la plega”, con lo cual, se conocen y estrechan cierta amistad entre ellos.
El recorrido sigue siendo el de siempre: Se inicia el primer lunes de pascua en las aldeas de Campo de Abajo La Carrasca y Campo de Arriba, el martes Baldovar, el miércoles Corcolilla, el jueves El Hontanar y El Collado, el viernes La Almeza y La Cuevarruz, El sábado Las Eras y el Domingo Alpuente.
Las verbenas suelen hacerse en la aldea donde hay más quintos, salvo el Sábado y Domingo que son en Alpuente. A ellas acuden las gentes de la aldea, los padres que pueden, y sobre todo los jóvenes que en años anteriores fueron
“Kintos”, siendo habitual que los veteranos gasten alguna que otra broma a los nuevos.
Al finalizar la semana de “la Plega”, se reparte o se vende la mercancía sobrante, se sacan cuentas y si ha ido bien la cosa, con el dinero sobrante (los músicos cobran unos 4 a 5 mil euros), se hace un viaje de una semana a Mallorca en el mes de Junio o Julio.
Habitualmente, las gentes de Alpuente acogen bien y son generosas con nuestros “kintos y kintas”.
El comportamiento de los chicos y chicas ha mejorado, no se abusa del alcohol y se hacen menos gamberradas, en parte gracias al control de los padres durante la semana y también por la mayor concienciación de los jóvenes.
Tras mi experiencia como padre en los “kintos 2009”, recomiendo a los padres que permitan la participación y confíen en sus hijos y colaboren a que esta tradición no se pierda. Para los jóvenes es una semana de convivencia inolvidable, y para el pueblo y las aldeas, una alegría ver estos jóvenes por las calles durante toda la semana.
El ayuntamiento debiera colaborar más con los quintos y no solo exigirles que asistan a algunos actos religiosos, como San Pedro Mártir o Semana Santa. (Se les presiona a asistir a algunas procesiones y misas para llevar las andas y estandartes a cambio de permitir la fiesta). En concreto, prestando las instalaciones del comedor del viejo colegio para la comida y cena de los padres con los quintos.
Actualmente se suman a la fiesta casi todos los chicos y chicas de 18 años de las aldeas y el pueblo, tanto si son residentes todo el año como si lo son solo en verano, normalmente hijos de alpontinos, que estudian o trabajan. En 2009 fueron unos 15 y en 2010 alrededor de 40.

20 Quintos del 58

 

 

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