Reflexiones sobre la ACAA y mis años en su Junta Directiva

Mi primera toma de contacto con la entonces Sociedad Cultural Amigos de Alpuente fue en el verano de 2005 e invitado por Alfredo Cuevas e Inés García a la Asamblea de Socios de agosto, tras haberme inscrito previamente. Ese mismo día ya salí de la Asamblea como vocal sin saber muy bien cual podría ser mi aportación a la Junta.

Un año antes en 2004, cree mi primera web sobre la aldea de mi abuela: Campo de Arriba, que al poco tiempo tuve que ampliar y se llamó «Aldeas de Apuente» debido a la gente que entraba y quería colaborar con sus aportaciones como noticias, artículos, curiosidades, cocina o historia de nuestro pueblo. En ese tiempo y tras crear un apartado de «foto denuncias» en las que criticaba el estado de algunas partes de Alpuente y al Ayuntamiento, conocí a la alcaldesa Amparo Rodríguez que, tan apasionada siempre en dar a conocer Alpuente, su historia, su patrimonio y sus proyectos de futuro me animó a participar en la asociación, desde entonces debo decir, que somos amigos. También gracias a Inés García de Las Eras, que me ayudaba en la página web y creó la primitiva revista cultural «Aldeas de Alpuente», germen de la actual «Taifa de Alpuente» que edita nuestra asociación siguiendo la excelente labor y el impulso que le dio Inés.

Lo primero que me maravilló de esta asociación es el haber sido la impulsora en la recuperación de patrimonio cultural, etnológico y religioso de Alpuente. Y ver cómo esto se realizaba desde la sociedad civil y no desde las administraciones públicas como estamos acostumbrados a que así sea y sin reivindicar o denunciar nada, se hacía por amor a su pueblo. Y todo, gracias a unos «locos por Apuente», unas personas ya mayores que hace 32 años decidieron fundar una asociación cultural que trabajara por potenciar la historia de Alpuente cuando entonces parecía que a nadie le importaba que se perdiera para siempre, una parte de nuestra historia y el legado de nuestros padres.

Durante 2005 en que estuve de vocal en la asociación y también como secretario desde 2009 tras la dimisión de Ramón Hernández que fue el secretario durante 25 años, pude comprobar la pasión que personas como Alfredo Cuevas, Amparo Rodríguez o Ramón Hernández entre muchos otros, ponían en proyectos como el recuperar la Cruz Procesional de Alpuente que décadas atrás fue a parar a una parroquia de Valencia, la recuperación del Castillo, la reedición del libro de Alpuente de Lázaro Ramiro entre otros proyectos. Recuerdo con cariño de esa época la edición del DVD documental de Miguel Soler sobre Alpuente o la exposición de fotografías antiguas, fruto de las donaciones de los vecinos. También recuerdo las reuniones en las que cada uno aportaba documentos históricos sobre el pasado grandioso de Alpuente y el orgullo que veía reflejado en sus caras al saber ellos que su labor permitía recuperar una parte de ese pasado que engrandeció el nombre de Alpuente.

También recuerdo cómo me contaban la labor que durante todos esos años desde su fundación en 1981, la SCAA había conseguido recuperar los tradicionales vestidos de angelitos para los niños que hacen los dichos a la Virgen, la cruz del término, la creación de un Himno para Apuente o el panel mural que da la bienvenida a Alpuente, entre otros.

En 2010 y tras varios intentos infructuosos por dejar paso a gente joven, Cuevas, Hernandez o Carabel dejaron el cargo siendo el nuevo Presidente Eduardo Escartí, que tenía como misión acercar la asociación al S. XXI, atraer a gente joven incrementando un censo hasta entonces de personas mayores y seguir adelante con el proyecto iniciado en 1981.

Estos últimos tres años se han cumplido sobradamente las expectativas, bajo la presidencia de Eduardo Escartí y un equipo en el que colaboraban personas del anterior como Salva Rubio, Emiliana Sánchez o yo mismo, junto a José Bueso, Salva Martí, M. Teresa Verdú, Antonio Debón, Carlos Pérez, M. José, Sonia García y Alberto Talaya, sin olvidar nunca a personas como Chola y demás colaboradores implicados como el que más.

Decía que creo que han sido tres grandes años porque se han multiplicado las actividades conservando e impulsando aquellas que venían siendo un éxito como el programa de senderismo, la revista La Taifa o patrocinios deportivos y festivos que se han compaginado con charlas culturales, exposiciones, talleres de cocina, jabones o concursos como el de fotografía digital, de tapas, de postres, la confección del calendario anual de la asociación, la página web, el concurso de dibujo, los juegos infantiles, la recuperación de las birlas y la instauración de la Semana Cultural la tercera semana de agosto. Otros que se han quedado en el tintero por falta de tiempo y dinero como las Jornadas Micológicas o el próximo concurso literario que se pondrá en marcha este próximo curso.

Además, Eduardo Escartí ha impulsado otro proyecto de conservación del patrimonio alpontino en la asociación como es el proyecto de recuperación de la Ermita de la Purísima. Éste es sin duda el proyecto más importante en el que se haya embarcado la asociación en 32 años y necesita no solo de la colaboración municipal que se tiene, sino de la colaboración de la Iglesia, de patrocinadores y de toda la sociedad alpontina que debería involucrarse en un proyecto para evitar el desplome de la bella Ermita de la Purísima y poderla convertir en un espacio cultural de vanguardia para Apuente y sus aldeas. como bien dijo Eduardo en la Asamblea del viernes pasado, ahora tocará a la próxima Junta decidir si sigue intentando impulsar su recuperación.

Por todo lo que he explicado creo que, Eduardo Escartí y toda su Junta pueden sentirse verdaderamente satisfechos por lo conseguido, por haber incrementado el censo de socios hasta llegar a 200, por la labor desinteresada, tiempo robado a las vacaciones, a la familia y a los amigos para emplearlos en dar todo por Alpuente y como no, también por pasar a la rica historia de Alpuente como personas comprometidas y, que en un momento de sus vidas trabajaron y aportaron lo mejor de sí mismos por la cultura y el patrimonio de Alpuente. Sin duda Eduardo y su Junta han conservado lo mejor de la historia de la asociación y la han impulsado acercándola a los tiempos actuales.

¿Y ahora qué? Por todo lo que he comentado creo que ésta es una asociación única y por la que vale la pena seguir apostando. Porque ha conseguido mucho por Alpuente, por su historia y por hacer hermandad entre todos. Pero eso conlleva que todos debemos aportar nuestro granito de arena. Es necesario que como en 1981 o en 2010, un grupo de personas se ponga al frente y decida arromangarse por su pueblo.

Todo está hecho y encauzado, más de la mitad de la Junta actual sigue adelante, sabe cómo se hace todo y tienen ganas e ilusión por hacer cosas por su pueblo. Solo falta alguien que decida coordinar, responsabilizarse y ponerse al frente de la asociación para seguir con la labor desarrollada y emprender nuevos proyectos que sin duda contarán con la ayuda de todos.

Como despedida tras 8 años en la Junta de la ACAA y como colaborador que seguiré ayudando en la confección de ésta página web y las redes sociales de la asociación pero sin estar en la Junta, espero que en la próxima Asamblea de noviembre salga una Junta renovada y con ganas de tirar del carro como lo han sido estos últimos tres años. Y como consejo, me gustaría que esta asociación siga siendo como lo ha sido siempre una asociación apolítica y que cuente con todas las sensibilidades de la gente de Alpuente y sus aldeas.

Al próximo secretario, decirle que tiene pendiente una renovación de estatutos pero que no se asuste, porque es fácil y estaré siempre a su disposición.

Me gustaría dentro de unos años poder volver a trabajar intensamente en esta asociación, cuando el tiempo o el trabajo me lo permita, porque me voy con la espinita de no haber estado a la altura de todo lo que se que puedo aportarle a la ACAA, porque en este tiempo mis circunstancias no han estado a la altura del dinamismo que le ha marcado Eduardo a la asociación, porque me apasiona Alpuente y cada una de sus aldeas y sé, que en el futuro me apetecerá volver.

Hasta la próxima! gracias Alfredo, gracias Amparo, gracias Eduardo y gracias a todos con los que he vivido grandes momentos en estos últimos 8 años.

¡Viva Alpuente!

José Vicente Gallego Madramany, socio N. 180

2 respuestas a «Reflexiones sobre la ACAA y mis años en su Junta Directiva»

  1. Hola José Vicente:
    Muchas Gracias por tus palabras de aliento.
    Creo que has hecho una excelente crónica de la Asociación desde su orígenes hasta la actualidad. Por otra parte como ya dije en la Asamblea, tú me lo has oído muchas veces, que la Asociación debe evolucionar como los seres vivos los hacen adaptándose al medio y a los nuevos cambios. La cultura, la recuperación del patrimonio es importante pero hay que conseguir que la gente participe y se involucre, para eso la asociación debe ofrecer actividades actrativas y que tengan gancho, senderismo, jornadas micológicas. Espero que en la nueva asamblea salga un nuevo presidente con muchas ganas de trabajar. Es importante que gente como tú siga activa en la Asociación. Un abrazo muy fuerte. Eduardo.

  2. Estimado José Vicente,

    Inicio este comentario dándote las gracias por las palabras de reconocimiento a mi labor como socio y presidente hasta mi cese en 2010, citando algunos logros alcanzados. Añadiría uno más, que es el instrumento que marca constantemente el transcurrir del tiempo en Alpuente: la instalación del reloj en la torre campanario; incesante el día tras día desde la fundación de esta Sociedad. Este simil sería el que tanto tú como yo desearíamos intensamente para nuestra Asociación Cultural.

    La dimisión del presidente Sr. Escarti es una triste noticia para mí, pues en su breve representación impulsó con gran capacidad una nueva acción en diversidad y vitalidad.

    Me alaga tu pasión por Alpuente y Aldeas y coincido plenamente contigo en tus consejos finales. Espero que la asamblea de noviembre sirva para el nombramiento de un nuevo presidente. Valdrá la pena por el prestigio de este territorio.

    Un fuerte abrazo.
    Alfredo

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